17/1/09

Cuando sea grande, quiero ser un robot...


Desde su primera aparición en la pieza de teatro RUN, los robots se han convertido en un elemento indisociable de la ciencia ficción. En gran parte de las primeras historias en que se les involucraba, estos eran el villano, un monstruo mecánico que se había vuelto contra los humanos que lo crearon. Si este camino hubiese seguido, hoy consideraríamos a los robots criaturas del estilo de Drácula o el Hombre Lobo. Pero muchos autores de sci-fi se dieron cuenta que la figura del robot tenia mas potencial, y el que mas destaco entre ellos fue Isaac Asimov, quien básicamente sentó las bases de todas las historias de robots actuales. Asimov detestaba el modelo de Frankestein que se le había impuesto a los robots, por lo que se le ocurrió una idea para escapar a ese modelo, y la misma se convirtió en su mas famosa aportación literaria.

Isaac Asimov fue un prolífico autor de ciencia ficción. Para muchos, el mejor de todos los tiempos. En sus obras abordó todos los temas vinculados con el género: sociedades futuristas,s mundos y viajes a través del tiempo, entre otros. Pero fue la inteligencia artificial la que más fascinó a este escritor norteamericano de origen soviético. Así, imaginó dos grandes grupos: las supercomputadoras y los robots. En los relatos, ambos se comportan de igual manera mostrándonos que su funcionamiento interno es similiar. Los robots tienen la ventaja de poder realizar en forma más óptima tareas físicas parecidas a las de los humanos, pero carecen de la sabiduría todopoderosa con que Asimov describe a las supercomputadoras, capaces de procesar millones de variables en microsegundos y responder cualquier pregunta siendo su gran desventaja el enorme espacio que ocupan y su imposibilidad de movimiento.

En sus relatos sobre autómatas, Asimov describe a la mayoría con forma humana, con cuerpo de metal y con un cerebro positrónico. Esta última palabra es invención de él y fue usada posteriormente por otros autores de ciencia ficción. No queda en claro cómo funciona el cerebro positrónico, pero es justamente esa la parte fantástica en los relatos de robots. Ese cerebro es la clave del comportamiento de los androides y es siempre alguna falla o alguna anomalía en él lo que le permite a cada uno de sus personajes robots ser tan especial y único.


Una de las ideas más brillantes de Asimov fue la invención de las Tres Leyes de la Robótica que constituyen un marco legal para las acciones del robot. La primera ley dice que un robot no debe dañar a un humano ni permitir por inacción que un humano sufra daños. La segunda ley, que los robots deben obedecer todas las órdenes de los humanos siempre que dicha orden no entre en conflicto con la primera ley. Y la tercera, que dice que los robots deben cuidar su integridad física excepto cuando entren en conflicto la primera y segunda ley. En base a estas tres leyes, Asimov construye un universo de alternativas. Porque siempre existe alguna manera de saltearse por alto alguna o esquivar soslayadamente otra, pero nunca violarlas.
La mayoría de las historias de robots de Asimov giran en torno a situaciones creadas por las tres leyes, las cuales dan mas juego de lo que pueden pensar. La primera ley es una de las que mas situaciones crea, y de ella se termina derivando una nueva regla, la ley cero de la robótica.
Ley Cero: Un robot no debe dañar a la humanidad, ni por su inacción dejar que la humanidad sufra daño.
Todas las leyes siguientes se modifican para no desobedecer a esta nueva ley , por lo que un robot que tenga esta ley implantada podría causar daño a un ser humano que decide poner en riesgo a un sector de la población.

Llama poderosamente la atención que los robots de Asimov no son agresivos ni violentos como estamos acostumbrados a verlos en el cine. Sin embargo, en algunos relatos, Asimov alerta sobre la posibilidad de que algunos robots desobedezcan las órdenes de las personas y logren su libertad y total autonomía. Es el caso de Sueños de Robot (Robot Dreams), en el que la Dra. Calvin debe investigar las anomalías del robot Elvex que dice tener sueños.

Algunos cuentos rozan la comedia como por ejemplo ¡Mentiroso! (Liar!) en el que el robot RB-34 apodado Herbie puede leer la mente de los científicos y científicas que lo estudian como así también descubrir los sentimientos que algunos de ellos sienten por otros. Los enredos llegan cuando al entablar conversación, Herbie le miente a la Dra. Calvin contándole que uno de sus colegas está perdidamente enamorado de ella. Es debido a la Primera Ley de la Robótica que el robot se ve obligado a mentirle a la Dra. Calvin para no herir sus sentimientos ya que ella sí siente algo profundo por su colega y enterarse de lo contrario la sumiría en la tristeza.
Y llegando al final, el cuento más popular de Isaac Asimov: El Hombre Bicentenario (Bicentennial Man). Cuenta el mismo Asimov en alguno de sus libros que corría el año 1976 en el que Estados Unidos celebraba sus 200 años de independencia. Así que le propusieron lo siguiente: "Nosotros le damos un título relacionado con el tema y usted escribe un cuento". El título que le asignaron fue "El Hombre Bicentenario". Enseguida, Asimov pensó que un hombre no podía vivir 200 años. Pero un robot sí. Y se imaginó a un robot cuyo objetivo máximo fuera convertirse en hombre.
En este cuento largo, Asimov aborda un tema muy profundo. ¿Qué es ser humano? ¿Qué es lo que nos define como seres humanos? Preguntas similares a las que se plantean en la película Blade Runner dirigida por Ridley Scott y basada en un cuento de Philip K. Dick.

Aca hay algunos recopilatorios para leer online

I, Robot
Sueños de Robot

El Hombre Bicentenario


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